Fue un salto al vacío, una apuesta por lo desconocido. El CNSRC 1 nació de manos inexpertas pero corazones valientes, de quienes se atrevieron a soñar con unir a toda Cuba bajo el estandarte del automovilismo virtual. Sin grandes conocimientos pero con una pasión infinita, encendimos motores en aquel primer campeonato que transformó para siempre el SimRacing cubano. Cada curva mal tomada, cada frenada tardía, cada adelantamiento imposible forjó no solo pilotos, sino una familia unida por el rugir digital de los motores. Fue el crisol donde la comunidad encontró su voz, donde descubrimos que la distancia es solo un número cuando compartes la misma pasión. En aquellas carreras llenas de tensión y emoción, entre errores y victorias, nació la magia que hoy nos define.

CNSRC 1: El origen donde todo comenzó, la chispa que encendió nuestros corazones y que nunca dejará de arder.